En el 2009 y 2010 participé en jornadas artísticas y comunitarias en el Liceo de Colonia Valdense, realizando talleres para adolescentes, gracias a la invitación de la profesora Rosario Lilián Rodriguez.
Aquí comparto una breve reseña del taller del año 2009.
La actividad que comenzó a las 10:30 de la mañana contó con la presencia de 34 adolescentes que cursaban de 1º a 3º en este liceo y adolescentes de bachillerato artístico del liceo de Nueva Helvecia.
Se desarrollaron varios juegos representativos de la metodología del Teatro del Oprimido con el objetivo de poder armar con ellos una pieza de Teatro Foro.
La circulación de poder que permite el juego teatral en especial desde esta metodología, genera integración prácticamente desde un primer momento. Sumado a este poder del juego me encontré con un grupo de adolescentes que incorporaban rápidamente los elementos planteados lo que daba cuenta del trabajo que se venía realizando con ellos desde el Liceo. Los y las adolescentes se sentían realmente protagonistas del espacio físico y simbólico que nos nucleaba.
Luego del pasaje por los juegos de las cuatro primeras categorías del Teatro del Oprimido, comenzó la tarea de armar la pieza de Teatro Foro. Los encargados fueron los alumnos del bachillerato artístico quienes plantearon que querían representar una obra que tratara el tema de la discriminación. Para el armado participaron todos y todas proponiendo sus ideas.
El primer planteo fue en función de qué tipos de discriminación conocían, surgieron varias respuestas desde racial, por “lo que pensas”, por “donde vivis”, “si sos gordo” , etc. De todas las planteadas hicimos una votación para saber que tipo de discriminación era para ellos y ellas fundamental trabajar en ese momento.
Así que se planteó una pieza cuyo escenario era un salón de clase, en la que una alumna es discriminada por el grupo por ser de un origen socio-económico bajo; esta adolescente era objeto permanente de burlas, frente a la impavidez de la profesora. El momento de máximo conflicto, lo que en la dramaturgia de Teatro Foro se llama crisis china, se da cuando la profesora solicita un trabajo en grupo y nadie quiere formar grupo con la oprimida. Ella lucha, intenta organizarse con sus compañeros; finalmente pierde cuando le reclama a la profesora y ésta le solicita que haga el trabajo sola.
Hicimos el Foro, participaron varones y mujeres en el rol del personaje oprimido intentando buscar posibles alternativas.
Fue un momento riquísimo en el que demostraron y se mostraron como sujetos conscientes de sus derechos, haciendo ejercicio y defendiendo los mismos.
Estas actividades siempre me dejan pensando en la visión que la sociedad tiene sobre la juventud, los jóvenes, ese camino a medio término entre niño y adulto; ese lugar de seres desordenados, incoherentes, desganados, irresponsables, peligrosos. Sin embargo cuando tienen el espacio y la herramienta nos demuestran permanentemente su capacidad crítica frente a una sociedad que continua siendo injusta, en la que todavía hay opresores y oprimidos, y su fuerte voluntad de cambiarla desde su accionar.
Como decía Augusto Boal, el Teatro del Oprimido nos permite reflexionar sobre el pasado, para transformar la realidad y poder crear un mejor futuro.
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